martes, 25 de diciembre de 2001

ECCLESIAE UNITAS (25 DE DICIEMBRE DE 2001)


CARTA

ECCLESIAE UNITAS

Carta "Ecclesiae Unitas" del Santo Padre al Obispo Licinio y a los sacerdotes de la U. S. J. María Vianney (25/12/2001) sobre la Creación de la Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney.


Al Venerable Hermano

LICÍNIO RANGEL

y a los queridos Hijos de la Unión de San Juan María Vianney de Campos (Brasil)

La unidad de la Iglesia es un don que nos viene del Señor, Pastor y Cabeza del Cuerpo Místico, pero que, al mismo tiempo, exige la respuesta eficaz de cada uno de sus miembros, acogiendo la oración apremiante del Redentor: "Ut omnes unum sint, sicut tu, Pater, in me et ego in te, ut et ipsi in nobís unum sint: ut mundus credat quia tu me misisti" (Jn 17,21).

Con la mayor alegría hemos recibido vuestra Carta del pasado 15 de agosto, en la que toda la Unión renovaba su profesión de fe católica, declarando la plena comunión con la Cátedra de Pedro, reconociendo "su Primado y gobierno sobre la Iglesia universal, pastores y fieles", y afirmando también: "por nada de este mundo queremos desvincularnos de la Roca sobre la que Jesucristo fundó su Iglesia".

Tomamos nota, con viva alegría pastoral, de vuestra intención de colaborar con la Sede de Pedro en la propagación de la Fe y de la Doctrina católicas, en el celo por el honor de la Santa Iglesia -que se erige en "Signum in nationes" (Is 11, 12)- y en la lucha contra quienes intentan destruir inútilmente la Barca de Pedro, porque "las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mt 16, 18).

¡Damos gracias al Señor, Uno y Trino, por tan buenas disposiciones!

A la vista de estas consideraciones y para mayor gloria de Dios, bien de la Santa Iglesia y de esa ley suprema que es la salus animarum (cf. c. 1752 CIC), acogiendo con afecto vuestra petición de ser recibido en la plena comunión de la Iglesia católica, reconocemos canónicamente vuestra pertenencia a ella.

Al mismo tiempo, os informamos, Venerable Hermano, que está en proceso de elaboración el documento legislativo que establecerá la forma jurídica de reconocimiento de vuestra realidad eclesial, a fin de asegurar el respeto a vuestras peculiares características.

En este documento, la Unión será erigida canónicamente como Administración Apostólica, de carácter personal, directamente dependiente de esta Sede Apostólica y con territorio en la diócesis de Campos. Será una jurisdicción acumulativa con la del Ordinario del lugar. Su gobierno le será confiado a usted, Venerable Hermano, y su sucesión estará asegurada.

Se confirma a la Administración Apostólica la facultad de celebrar la Eucaristía y la Liturgia de las Horas según el Rito Romano y la disciplina litúrgica codificada por Nuestro Predecesor San Pío V, con las adaptaciones introducidas por sus sucesores hasta el Beato Juan XXIII.

Es por lo tanto, con profunda alegría que, para hacer efectiva la plena comunión, declaramos la remisión de la censura establecida por el canon 1382 CIC en lo que a usted se refiere, Venerable Hermano, así como la remisión de todas las censuras y la dispensa de todas las irregularidades en que hayan incurrido los demás miembros de la Unión.

No hemos pasado por alto la significativa fecha en que fue firmada su Carta, a saber, la Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María. A Ella, Santa Madre de Dios y de la Iglesia, confío este acto, con el auspicio, que se ruega, de una convivencia cada vez más armoniosa entre el clero y los fieles de esta Unión y de la querida diócesis de Campos, para un renovado vigor auténticamente misionero de la Santa Iglesia.

Extendemos una especial Bendición Apostólica a todos los miembros de la Unión San Juan María Vianney.

Vaticano, 25 de diciembre, solemnidad de la Natividad del Señor, del año 2001, vigésimo cuarto de Nuestro Pontificado.

Juan Pablo II



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