sábado, 7 de febrero de 2009

MÁS POBRES, MÁS GESTAPO, MÁS INQUISICIÓN… Y ALGO MÁS TODAVÍA

Hay unos 12 millones de pobres en el país de los alimentos, a pesar de los cinco años de una muy original distribución del ingreso (¡!) realizada por el kirchnerismo, de acuerdo a la doctrina de la transversalidad, el progresismo y la “centro-izquierda”.
Por Juan Gabriel Labaké
Los diarios de esta semana asombran.
Al increíble ocultamiento que hace el gobierno de la verdadera cantidad de pobres e indigentes que supimos (que él supo) conseguir, se suma la moderna Gestapo de la asustada y alemana Sra. Merkel, que exige al alemán y asustado papa Benedicto XVI resucitar la Inquisición para prohibir que la tierra gire alrededor de sol. Pero esta vez, no porque lo diga la Biblia judía, llamada Antiguo Testamento, en su infantil leyenda sobre la creación del mundo (y de Abraham, Jacob, Moisés, el éxodo y el derecho del “pueblo elegido” de matar a otros para quitarles sus tierras), sino porque así lo exigen los sionistas, dueños únicos y absolutos de la infantil “historia oficial” creada por Hollywood… que es de ellos en enorme proporción.

Es que zapatea el sionismo internacional, con todo su poder político (y financiero, Merkel y el papa lo saben) y todos tiemblan en Alemania y en otros países satélites… como el nuestro.

Para obedecer debidamente a las órdenes del sionismo, el gobierno argentino se apresta a enviar al Parlamento un proyecto de ley por el cual será delito penal investigar si son reales las pantagruélicas cifras y métodos que la historia oficial sionista ha impuesto como dogma indiscutible sobre el llamado Holocausto. Nos aprestamos, así, a ingresar en una nueva noche oscurantista y tenebrosa.

Y algo más. Como recordarán, hace unos meses iniciamos una querella criminal contra los directivos de la DAIA que nos acusaron a Adrián Salbuchi, Enrique Romero y el suscripto, de ser antisemitas porque habíamos criticado las atrocidades de Israel en Palestina y el Líbano. La juez que nos tocó en suerte (en mala suerte), la Dra. Patricia Guichandut, primero la declaró inadmisible, entre otros pretextos porque no habíamos acompañado una foto de uno de los documentos calumniadores de la DAIA, que consta de 440 páginas. Como los querellados eran 20, nos obligaba a llevarle la friolera de 8.800 fotocopias… Debimos reducir la querella sólo contra Donzis, presidente de la DAIA, pero la juez la rechazó “in limine” aduciendo que Donzis no había redactado personalmente el informe calumnioso, ni conocía su contenido… Por lo visto, la juez es adivina, y a Donzis lo ningunean groseramente en la DAIA. Ahora, los sionistas directivos de la DAIA, en un “power point” dirigido a Sergio Massa y Aníbal Fernández, aprovechan que tienen una juez que los protege hasta la impunidad, como la gallina a sus pollitos, y nos acusan de ser antisemitas porque los querellamos por habernos acusado falsamente de ser antisemitas… ¿Se entiende, no? Atención: no es un diálogo de una película de Cantinflas, sino el trabalenguas que inventan los israelíes, ayudados por jueces funcionales y protectores, para tratar de demostrar la cuadratura del círculo: que ellos son las víctimas, siendo los victimarios, y que el resto del mundo, incluidos los observadores de la ONU, los palestinos, los libaneses y hasta algunos argentinos somos los victimarios cuando recibimos los “confites” sionistas (de pólvora y plomo, o de calumnias, da lo mismo).

Los pobres que vos matáis gozan de mala salud

El diario “la nación on line” del miércoles (en la versión impresa del jueves se “lo olvidaron”) informa que tres consultoras económicas privadas han calculado que el porcentaje de pobreza e indigencia es el doble de lo que el gobierno inventa desde el mentiroso INDEC. La animadversión de dicho matutino hacia los Kirchner hace poco creíble sus diatribas contra el gobierno. Pero, en esta oportunidad, la solvencia técnica y el bien ganado prestigio de algunas de tales consultoras eliminan cualquier duda sobre la veracidad de la alarmante noticia. Ellas son Ecolatina (fundada por Lavagna), el Instituto de Estudios y Formación de la CTA, dos confiables centros de estudios económicos, y la consultora Prefinex, a la cual no conozco.

Las tres, con pequeñas diferencias, coinciden en que la indigencia no es del 5,1% como fantasea el gobierno, sino mayor al 10%; y la pobreza no castiga al 17,8% de los argentinos, sino a más del 30%. Eso significa que hay unos 12 millones de pobres en el país de los alimentos, a pesar de los cinco años de una muy original distribución del ingreso (¡!) realizada por el kirchnerismo, de acuerdo a la doctrina de la transversalidad, el progresismo y la “centro-izquierda”. Un récord que sólo alcanzaron los “derechistas” Menem, Cavallo y Martínez de Hoz. ¡Dios los cría…!

Lo malo es que los Kirchner y Menem se dicen peronistas y los apoya (o lo apoyaron en el caso de Menem) una cantidad escandalosa de dirigentes de ese signo. Por ello, LA NACIÓN y otros medios periodísticos, políticos, económicos, etc., interesados en volver al pasado impresentable, le cargarán la culpa de esta vergonzosa situación social al modelo ideado por Perón hace más de 60 años, y pulverizado (algunas veces por quienes se proclaman sus discípulos) desde 1976 hasta hoy. Cuando esa reacción haga su arremetida “derechista” (ya está en marcha), dirán que los Kirchner son peronistas, igual que Menem, y que por eso fracasaron.

Kirchner y Menem son, de esa manera, los mejores aliados de una posible restauración conservadora.

La Gestapo alemana, la Inquisición y sus alumnos argentinos

Los “lefvevristas” no son santos de mi devoción. Los veo demasiado cerrados, quizás anquilosados en posiciones integristas, de las cuales lo más caritativo que puede decirse es que son trasnochadas, aunque nadie puede dudar de la autenticidad y fidelidad religiosa de tales católicos, así como de su intachable conducta moral. Luego de conocer personalmente a algunos de ellos y leer buena parte de su prédica, ésa es la impresión que me dejan. Al considerarlos “integristas” no me refiero a su empecinamiento en rezar la Misa en latín, porque me parece una tontería, sino un atropello, prohibir que cada uno la rece en el idioma que considere más adecuado. Mis padres la rezaban en arameo (eran libaneses maronitas), el idioma que hablaba Jesús, en el cual se rezaron las primeras misas en Su tierra natal, también en el Líbano, porque era la lengua común a todos esos pueblos cananeos. Por otro lado, al disperso y desorientado hombre actual, cuyo cerebro acusa la mayor ensalada conceptual de que se tenga memoria, no le vendría nada mal un poco de latín, dado su enorme poder de organizar racionalmente la mente humana.

En ese punto, el Concilio Vaticano II, que en muchos aspectos fue un toque de sensatez en la Iglesia, se comportó como una moderna Inquisición: nada de latín en la Misa, aunque sí se puede rezarla en cualquier otro idioma.

También en el tema del Holocausto, y la prohibición de investigarlo que aplican los super 
democráticos” países europeos, y ahora el Vaticano, creo que hemos regresado a los métodos más aberrantes de la Inquisición en forma plena y vergonzosa. Y, al igual que en las varias muertes en la hoguera que produjo aquella maldita institución, hoy es visible que se la aplica por inconfesables intereses políticos y aún financieros para nada religiosos. Dios nunca necesitó de la Inquisición para cumplir Su plan de creación y redención. De la misma manera, y salvando respetuosamente las distancias, los judíos no necesitan de los modernos inquisidores, ni de las exageraciones como los 6.000.000, o de las novelas inventadas como la de Ana Frank y la de las cámaras de gas, para probar que sufrieron una cruel persecución a manos de los nazis, junto con los gitanos, los latinos, los discapacitados, y otros grupos católicos en su mayoría.

Para llegar a la verdad histórica (que, como toda verdad, nos hará libres), es indispensable que se permita la libertad total de investigación científica. Una investigación a fondo, que jamás se hizo para verificar si son ciertos los datos 
oficiales” del llamado Holocausto. De lo contrario, volvemos a condenar a la hoguera a Galileo para salvar intereses inconfesables.

Por otro lado, lo que ha dicho Mons. Williamson (al margen de su ideología, que no la conozco) es que, según datos creíbles, no murieron 6.000.000 de judíos, sino unos 300.000 (¡por Dios, que ya es monstruoso!). Y que no los asesinaron en cámaras de gas, sino por otros medios tan criminales como dichas cámaras. Al parecer, jamás ha negado el Holocausto, sino que lo ha colocado en su exacta dimensión histórica, no en la que inventó la interesada fantasía del sionismo “hollywodense”.

Entonces, ¿cuál es el delito y cuál el pecado de Mons. Williamson?


El señor Norman Finkelstein, un respetable judío norteamericano de gran prestigio científico como investigador de estos temas, publicó hace pocos años un libro titulado "La Industria del Holocausto: reflexiones sobre la explotación del sufrimiento judío” (Siglo Veintiuno de Argentina Editores, Buenos Aires, 2002). En él argumenta y demuestra que los sionistas se aprovechan y hacen "propaganda del Holocausto" para generar apoyo incondicional a favor del Estado de Israel, especialmente de los Estados Unidos, en los planos económico, político, militar, diplomático y mediático.

Al respecto, es interesante consignar que Alemania paga, desde hace 60 años, unos 4.000 millones de dólares anuales, en concepto de indemnización por el Holocausto. Pero, en lugar de pagárselos a las víctimas de la matanza, o a sus deudos, cada año entrega esa fortuna al Estado de Israel… Por donde los dirigentes sionistas, que en la década de 1930 apoyaron el proyecto nazi de “limpieza y unidad étnicas” de Alemania (porque esa monstruosidad justificaba, de paso, la expulsión de judíos y su traslado a Palestina para crear a Israel como Estado confesional y racista), esos sionistas aliados de los nazis, digo, reciben ahora los dólares alemanes que debían indemnizar a los judíos alemanes perseguidos por los nazis… De paso, conviene recordar que aquella adhesión de los sionistas a la tesis nazi fue dura y valientemente criticada por la pensadora judía alemana Hannah Arendt.

Parece que el señor Filkestein dio en el clavo: Todo indica que existe una industria del Holocausto… muy rentable.

Pero hay algo más. ¿Ha pecado Mons. Williamson contra algún mandamiento, sacramento o precepto religioso al estimar que los muertos no fueron 6 millones sino 300.000? ¿Qué tiene que ver el papa y su misión religiosa con esa cuestión tan sujeta a revisión ya que permanentemente se descubren nuevas pruebas?

Me gustaría saber qué hará el papa alemán si el irlandés Mons. Williamson se niega a retractarse, o sea a mentir, porque eso es lo que ahora le exigen para salvarse: mentir que el sol gira alrededor de la tierra. ¿Lo excomulgará nuevamente si no imita a Galileo?

Poderoso caballero es don sionismo y su dinero

Perdón por la indiscreción, pero ¿hay alguna conexión entre los inmensos fondos que mueve el Opus Dei (el Opus de David Rato, ex presidente del FMI) y los más cuantiosos aún que manejan grupos financieros sionistas como los Rostchild, por ejemplo? ¿Y hay alguna conexión financiera oculta entre el Vaticano y el Opus Dei? ¿Y entre los Kirchner y el sionismo internacional?

Finalmente, ¿hay alguna conexión desconocida entre la juez Dra. Guichanduk y Donzis y sus empleados de la DAIA que nos calumniaron e injuriaron, hasta ahora impunemente?

“Fiat lux”… si el sionismo no lo prohíbe.

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